sábado, 4 de enero de 2014

Enrique el Cuentista


Enrique el Cuentista

Elie Wiesel, escritor rumano, premio Nobel de la Paz en 1986, dijo alguna vez: “Dios creó al hombre porque le encantan los cuentos”.

Si en esta aseveración hay, más allá de lo que cada uno ponga adentro de la palabra Dios, algo de cierto, Enrique es uno de esos personajes que sin duda harán sentir a Dios que todo esto valió la pena. Porque Enrique es un entusiasta cultor de los cuentos.

Un señor que, con aspecto de adulto serio, se deja habitar por ese niño imprescindible para jugar, con la seriedad con que sólo juegan los niños, a ese maravilloso juego de construir historias con palabras.

 Y puedo decir que Enrique se lanza a jugar con entusiasmo, con cuidado y con respeto. Entusiasmo que lo lleva a un compromiso vital con cada personaje. Ningún personaje está porque sí en los cuentos de Enrique.

Cuidado en el uso de las palabras, Enrique sabe, por ejemplo, que no es lo mismo desvestirse que desnudarse. Y entonces se toma el trabajo, placentero para él, de elegir. Podremos acordar o no con tal o cual palabra, pero el tendrá siempre un motivo para haber puesto esa y no otra.

Y respeto por el lector, porque para él los cuentos deben entretener, pero no sólo entretener, deben invitar a pensar, pero no sólo a pensar, también deben invitar a sentir.

Y si puedo decir esto, es porque Enrique, generosamente, me ha permitido conocer ese espacio/tiempo donde se cocinan sus cuentos. Y puedo decir que cuando se entra en esa cocina hay un delicioso aroma a pan tostado y café recién hecho, que es como decir aroma a cosa auténtica.

Celebro con profunda alegría el nacimiento de este blog, felicito a Enrique y, con el mayor de los respetos, digo que imagino a Dios agradecido.


Francisco (Pancho) Mondino 

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